jueves, 24 de diciembre de 2015

Mi Papi. Mi maestro. #3

Capítulo 3


Cuando llegue a casa de mi madre mi habitación estaba exactamente igual a como la deje. Serian seis meses aburridos.
Mi collar se había ido. Mi rutina se había ido. Me sentía sin propósito. De nuevo mi madre me llevaba a su trabajo y yo pasaba los días jugando con mi jaula. Tocándola, removiéndola, Intentando ponerme duro.
En las noches usaba un Sharpee como dildo, pensando que mi papi me usaba. Quería mis juguetes. Quería mi collar.
En lugar de lamentarme, el primer mes pase mucho tiempo en la oficina y en casa haciendo planos para mi juguete. Quería que fuese perfecto. Lo mejor para mi papi. Hice los planos en código para que mi madre no descubriese que era.
Un día estaba trabajando en mis planos cuando uno de los amigos de trabajo de mi madre entro en la oficina en la que yo estaba, Me pregunto qué hacía y yo respondí que “dibujaba” Él puso su mano en mi cabeza y la acaricio mientras veía que dibujaba. Yo organice mis cosas y las escondí. A pesar de que estuviese en código los dibujos todos juntos podrían dar una impresión de lo que era. Sonreí y guarde todo en una mochila que tenía para llevar mis cosas. Me levante y me dirigí al baño. El hombre me seguía y yo tenía la impresión de que si iba directamente al baño podría pasar algo, fui a la oficina donde estaba mi madre y me acosté en el sofá a dormir.
Cuando desperté mi madre estaba haciendo notas y poniendo sellos en hojas. Era bastante tarde, habíamos almorzado ahí y me tendría que quedar en la oficina todo el día por trabajo acumulado. Decidí ir al baño ya que había dormido por dos horas y el líquido se había acumulado en mi vejiga.
Camine al baño siendo muy cuidadoso de que el tipo no me siguiera, pensé que ni estaba en el edificio. Al entrar al baño y ponerme en uno de los urinales en la pared, y empezar a liberar mi vejiga  de su yugo líquido, el hombre salió de una de las cabinas. Mierda.
El hombre se paró junto a mí y fingió orinar. Yo estaba en una de las esquinas, había cinco urinales y él había escogido el que estaba justo al lado de mí. No. Él no estaba orinando, se estaba masturbando. La posición en la que yo estaba no le permitía verme, ergo no podía ver mi jaula. Se giró y me mostro su verga. Dura, venosa, grande. Justo como la de mi papi. No pude evitarlo. Mis ojos estaban posados en esa verga grandota. Solo me traían recuerdos. Recuerdos de mi padre montándome como a una perra. Como quería que mi papi estuviese conmigo.
El hombre se abalanzó sobre mí  y prácticamente me arranco los pantalones, me metió en el baño de discapacitados y termino de desvestirme. Yo permanecí callado.
El hombre me dejo sentado en la toilette y miro mi jaula. Sonrió.
-Bueno… No vamos a usar eso… Voltéate.- Dijo. Yo obedecí y  me di la vuelta, mis pies en el suelo y mis manos sobre la pared. Mi agujero expuesto a este hombre. Él se quitó la camisa y pude ver un cuerpo musculoso, no como mi papi, pero se parecía bastante, aunque mi papi tuviese más vello que él. Me tapo la boca y me ensarto su verga. Voy a pensar que se había estado masturbando antes de que yo llegase puesto que a pesar de no haberla lubricado con saliva o algo más entro como su estuviese lubricada. Algo que aprendí con mi papi es que el pene tiene sus propios medios de lubricarse. El precum es una de esas maneras, y, mientras más excitado estés, mas precum sale! Algo que me encanta, puesto que mi papi  suele sacar precum como si fuera pis. Una vez m arrodille y el me dejo beber su precum mientras yo metía y sacaba un dildo de su culito. Sabia salado y muy rico.
Así que el hombre me había empalado. Su pene no era tan grueso como el de mi papi, pero era bastante largo. Su mano tapaba mi boca y sus embestidas solo me producían placer. Mis gemidos delataron el placer que me estaba dando y al parecer eso no le gusto. Puso su brazo alrededor de mi cuello y me ahorco mientras me embestía. Me encanto eso. Y creo que él no se percató porque yo no podía gemir. Eyaculo en mi espalda y me dejo tirado, desnudo en el baño. Era bueno poder servir de algo.
Los meses pasaron, no volví a follar con ese hombre. Pareció haber perdido interés en mí. Poco después lo arrestaron. Escuche en una conversación de mi madre que lo hicieron porque violo a una mujer de su edificio, lo cual me llevo a preguntarme, le gustaba violar? Es por eso que perdió interés en mí? Porque no me violo? Porque si me gusto?
Tres meses después de haber estado con mi madre finalmente termine los planos para mi juguete! Eureka! Era perfecto. Solo necesitaba llevarlo de papel a metal y madera y todo sería perfecto! Me costaría mucho más de lo esperado y posiblemente tendría que gastar dinero en materiales para terminarlo. Pero pensé que valdría la pena.
Pase mis noches principalmente masturbando me y pensando en mi papi. Y por masturbando me, me refiero a metiendo cosas en mi culito.
Durante mi estadía en casa de mi madre mi papi me llamo varias veces. Algunas veces más de dos veces al día, solo para preguntar me como me había ido y que había almorzado. Cosa que me hizo muy feliz, puesto que ya que no tenía una laptop para llamarle y poder tener conversaciones más privadas me tenía que limitar a usar la laptop de mi madre, y únicamente para estudiar, ya que no tenía cámara para ver a mi papi y tenía que usar su Messenger.

Las últimas semanas estaban llegando a su fin y el tormento de no tener mi collar y  mi calentura perpetua estaba llegando a su fin. Unos días más y mi collar estaría de vuelta en mi cuello y mi papi de nuevo dentro de mí. Añoraba servirle y hacerlo feliz. Quería ser su más fiel sirviente. Quería sentirme feliz al verle feliz.
Mi madre llego un día antes de mi viaje para pedirme que me quedase. Me rogo que no me fuera de su lado. Se sentía sola y aburrida sin mí. No podía, tenía un hombre que necesitaba de mí y yo de él. Además yo me sentía solo y aburrido con ella. Era ella o yo. Si me iba con mi papi no solo me haría feliz a mí, también a mi papi. Si me quedaba con ella solo una persona iba a ser feliz. Mis prioridades estaban claras.
El día en que mi avión salía hubo demasiados retrasos pero finalmente logre llegar a Alemania. Mire por todas partes pero no vi ningún letrero con mi nombre ni a mi papi esperando por mí. Por un minuto me asuste. Pensé que se había olvidado de mí. Pensé que algo malo le había pasado. Pero allí estaba. Escondido entre la multitud. Observando. Yo salte a sus brazos y lo abrace.  El me cargo y me beso en la frente.
-Donde está mi collar papi? –Pregunte.
-En casa bonito. – respondió
-Ah… -Dije algo decepcionado. –Vamos a casa?
-Vamos bonito. Respondió dándome un beso en la nariz y dejándome bajar.

Después de eso nos subimos en una limusina que él había contratado para llevarme de vuelta a casa. Nuestra casa estaba ubicada en las afueras de la ciudad porque eran más grandes y baratas, así que el viaje era de unas dos horas con un tráfico ajustado. Una hora sin tráfico en lo absoluto.
En la limusina tan pronto arrancamos me beso como si me hubiese esperado por meses si no décadas. Su lengua jugaba de lado a lado con la mía y hacia cosquillas en mi paladar, Chupaba mis labios como si fueran de caramelo y acariciaba mi cabeza como si fuera la delicada cabeza de un bebe. Era bueno estar de vuelta en casa.
Al llegar a casa lo primero que hice fue desnudarme y pedirle a mi papi mi collar, el muy gentilmente me lo trajo y me lo puso. Me costó un poco acostumbrarme de nuevo a este después de tanto tiempo. Cuando mi papi me trajo el collar se asombró de ver que tenía mi jaula. Y la agarro con una mano.
-La has tenido todo este tiempo? –Pregunto algo asombrado.
-Sip. –Respondí sonrojándome al mostrar que había sido un muy buen chico y no había eyaculado ni una vez en seis meses. El sonrió y me puso mi correa. Yo me puse en cuatro y el me halo hasta nuestra habitación y yo lo seguí. Cuando llegamos había una colección de nuevos juguetes de metal. El sabía que a mí me encantaban los juguetes de metal. Más que nada los butt plugs. También había instalado un dispense de lubricante bastante grande. Y los había puesto todos en un hermoso display en un estante que había instalado sobre la cama. La cama era nueva. Estaba pegada en dos piezas. El colchón y la base. De esa manera no sonaba cuando me usaba. No hay nada amas incomodo que el rechinar de una cama cuando tu amo te está fornicando.

Me levanto y me acostó en la cama, se desnudó frente a mí y yo le rogaba con la mirada que me permitiera quitarme la jaula. Quería acabara de una miserable vez. Pero el por otro lado, decidió que lo mejor era encender la tv y acostarse abrazándome y ver una película mientras él jugaba con mi cabello. No voy a quejarme. Me encantaba estar con mi papi de nuevo. Pero había pasado seis meses intentando lograr tener un orgasmo anal. Había intentado jugar con mi próstata lo suficiente como para hacerme eyacular sin tener que estar duro. Eso acumulo varios meses de excitación. Lo único en lo que pensaba mientras mi papi jugaba con mi cabello era quitarme la jaula y rogarle que me dejara acabar en su abdomen. Pero yo era el esclavo, y él era mi maestro. Si él quería acurrucarse conmigo en la cama y acariciarme hasta quedarme dormido lo haría. Mi única necesidad era su felicidad.

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