Capítulo 3
Cuando llegue a casa de mi madre mi habitación estaba
exactamente igual a como la deje. Serian seis meses aburridos.
Mi collar se había ido. Mi rutina se había ido. Me sentía
sin propósito. De nuevo mi madre me llevaba a su trabajo y yo pasaba los días
jugando con mi jaula. Tocándola, removiéndola, Intentando ponerme duro.
En las noches usaba un Sharpee como dildo, pensando que
mi papi me usaba. Quería mis juguetes. Quería mi collar.
En lugar de lamentarme, el primer mes pase mucho tiempo
en la oficina y en casa haciendo planos para mi juguete. Quería que fuese
perfecto. Lo mejor para mi papi. Hice los planos en código para que mi madre no
descubriese que era.
Un día estaba trabajando en mis planos cuando uno de los
amigos de trabajo de mi madre entro en la oficina en la que yo estaba, Me
pregunto qué hacía y yo respondí que “dibujaba” Él puso su mano en mi cabeza y
la acaricio mientras veía que dibujaba. Yo organice mis cosas y las escondí. A
pesar de que estuviese en código los dibujos todos juntos podrían dar una
impresión de lo que era. Sonreí y guarde todo en una mochila que tenía para
llevar mis cosas. Me levante y me dirigí al baño. El hombre me seguía y yo tenía
la impresión de que si iba directamente al baño podría pasar algo, fui a la
oficina donde estaba mi madre y me acosté en el sofá a dormir.
Cuando desperté mi madre estaba haciendo notas y poniendo
sellos en hojas. Era bastante tarde, habíamos almorzado ahí y me tendría que
quedar en la oficina todo el día por trabajo acumulado. Decidí ir al baño ya
que había dormido por dos horas y el líquido se había acumulado en mi vejiga.
Camine al baño siendo muy cuidadoso de que el tipo no me
siguiera, pensé que ni estaba en el edificio. Al entrar al baño y ponerme en
uno de los urinales en la pared, y empezar a liberar mi vejiga de su yugo líquido, el hombre salió de una de
las cabinas. Mierda.
El hombre se paró junto a mí y fingió orinar. Yo estaba
en una de las esquinas, había cinco urinales y él había escogido el que estaba
justo al lado de mí. No. Él no estaba orinando, se estaba masturbando. La
posición en la que yo estaba no le permitía verme, ergo no podía ver mi jaula.
Se giró y me mostro su verga. Dura, venosa, grande. Justo como la de mi papi. No
pude evitarlo. Mis ojos estaban posados en esa verga grandota. Solo me traían recuerdos.
Recuerdos de mi padre montándome como a una perra. Como quería que mi papi
estuviese conmigo.
El hombre se abalanzó sobre mí y prácticamente me arranco los pantalones, me
metió en el baño de discapacitados y termino de desvestirme. Yo permanecí callado.
El hombre me dejo sentado en la toilette y miro mi jaula.
Sonrió.
-Bueno… No vamos a usar eso… Voltéate.- Dijo. Yo obedecí
y me di la vuelta, mis pies en el suelo
y mis manos sobre la pared. Mi agujero expuesto a este hombre. Él se quitó la
camisa y pude ver un cuerpo musculoso, no como mi papi, pero se parecía
bastante, aunque mi papi tuviese más vello que él. Me tapo la boca y me ensarto
su verga. Voy a pensar que se había estado masturbando antes de que yo llegase
puesto que a pesar de no haberla lubricado con saliva o algo más entro como su
estuviese lubricada. Algo que aprendí con mi papi es que el pene tiene sus
propios medios de lubricarse. El precum es una de esas maneras, y, mientras más
excitado estés, mas precum sale! Algo que me encanta, puesto que mi papi suele sacar precum como si fuera pis. Una vez
m arrodille y el me dejo beber su precum mientras yo metía y sacaba un dildo de
su culito. Sabia salado y muy rico.
Así que el hombre me había empalado. Su pene no era tan
grueso como el de mi papi, pero era bastante largo. Su mano tapaba mi boca y
sus embestidas solo me producían placer. Mis gemidos delataron el placer que me
estaba dando y al parecer eso no le gusto. Puso su brazo alrededor de mi cuello
y me ahorco mientras me embestía. Me encanto eso. Y creo que él no se percató
porque yo no podía gemir. Eyaculo en mi espalda y me dejo tirado, desnudo en el
baño. Era bueno poder servir de algo.
Los meses pasaron, no volví a follar con ese hombre. Pareció
haber perdido interés en mí. Poco después lo arrestaron. Escuche en una
conversación de mi madre que lo hicieron porque violo a una mujer de su edificio,
lo cual me llevo a preguntarme, le gustaba violar? Es por eso que perdió
interés en mí? Porque no me violo? Porque si me gusto?
Tres meses después de haber estado con mi madre
finalmente termine los planos para mi juguete! Eureka! Era perfecto. Solo
necesitaba llevarlo de papel a metal y madera y todo sería perfecto! Me
costaría mucho más de lo esperado y posiblemente tendría que gastar dinero en
materiales para terminarlo. Pero pensé que valdría la pena.
Pase mis noches principalmente masturbando me y pensando
en mi papi. Y por masturbando me, me refiero a metiendo cosas en mi culito.
Durante mi estadía en casa de mi madre mi papi me llamo
varias veces. Algunas veces más de dos veces al día, solo para preguntar me
como me había ido y que había almorzado. Cosa que me hizo muy feliz, puesto que
ya que no tenía una laptop para llamarle y poder tener conversaciones más
privadas me tenía que limitar a usar la laptop de mi madre, y únicamente para
estudiar, ya que no tenía cámara para ver a mi papi y tenía que usar su
Messenger.
Las últimas semanas estaban llegando a su fin y el
tormento de no tener mi collar y mi
calentura perpetua estaba llegando a su fin. Unos días más y mi collar estaría
de vuelta en mi cuello y mi papi de nuevo dentro de mí. Añoraba servirle y
hacerlo feliz. Quería ser su más fiel sirviente. Quería sentirme feliz al verle
feliz.
Mi madre llego un día antes de mi viaje para pedirme que
me quedase. Me rogo que no me fuera de su lado. Se sentía sola y aburrida sin mí.
No podía, tenía un hombre que necesitaba de mí y yo de él. Además yo me sentía
solo y aburrido con ella. Era ella o yo. Si me iba con mi papi no solo me haría
feliz a mí, también a mi papi. Si me quedaba con ella solo una persona iba a
ser feliz. Mis prioridades estaban claras.
El día en que mi avión salía hubo demasiados retrasos
pero finalmente logre llegar a Alemania. Mire por todas partes pero no vi ningún
letrero con mi nombre ni a mi papi esperando por mí. Por un minuto me asuste.
Pensé que se había olvidado de mí. Pensé que algo malo le había pasado. Pero
allí estaba. Escondido entre la multitud. Observando. Yo salte a sus brazos y
lo abrace. El me cargo y me beso en la
frente.
-Donde está mi collar papi? –Pregunte.
-En casa bonito. – respondió
-Ah… -Dije algo decepcionado. –Vamos a casa?
-Vamos bonito. Respondió dándome un beso en la nariz y
dejándome bajar.
Después de eso nos subimos en una limusina que él había
contratado para llevarme de vuelta a casa. Nuestra casa estaba ubicada en las
afueras de la ciudad porque eran más grandes y baratas, así que el viaje era de
unas dos horas con un tráfico ajustado. Una hora sin tráfico en lo absoluto.
En la limusina tan pronto arrancamos me beso como si me
hubiese esperado por meses si no décadas. Su lengua jugaba de lado a lado con
la mía y hacia cosquillas en mi paladar, Chupaba mis labios como si fueran de
caramelo y acariciaba mi cabeza como si fuera la delicada cabeza de un bebe.
Era bueno estar de vuelta en casa.
Al llegar a casa lo primero que hice fue desnudarme y
pedirle a mi papi mi collar, el muy gentilmente me lo trajo y me lo puso. Me costó
un poco acostumbrarme de nuevo a este después de tanto tiempo. Cuando mi papi
me trajo el collar se asombró de ver que tenía mi jaula. Y la agarro con una
mano.
-La has tenido todo este tiempo? –Pregunto algo
asombrado.
-Sip. –Respondí sonrojándome al mostrar que había sido un
muy buen chico y no había eyaculado ni una vez en seis meses. El sonrió y me
puso mi correa. Yo me puse en cuatro y el me halo hasta nuestra habitación y yo
lo seguí. Cuando llegamos había una colección de nuevos juguetes de metal. El sabía
que a mí me encantaban los juguetes de metal. Más que nada los butt plugs. También
había instalado un dispense de lubricante bastante grande. Y los había puesto
todos en un hermoso display en un estante que había instalado sobre la cama. La
cama era nueva. Estaba pegada en dos piezas. El colchón y la base. De esa
manera no sonaba cuando me usaba. No hay nada amas incomodo que el rechinar de
una cama cuando tu amo te está fornicando.
Me levanto y me acostó en la cama, se desnudó frente a mí
y yo le rogaba con la mirada que me permitiera quitarme la jaula. Quería
acabara de una miserable vez. Pero el por otro lado, decidió que lo mejor era
encender la tv y acostarse abrazándome y ver una película mientras él jugaba
con mi cabello. No voy a quejarme. Me encantaba estar con mi papi de nuevo.
Pero había pasado seis meses intentando lograr tener un orgasmo anal. Había
intentado jugar con mi próstata lo suficiente como para hacerme eyacular sin
tener que estar duro. Eso acumulo varios meses de excitación. Lo único en lo
que pensaba mientras mi papi jugaba con mi cabello era quitarme la jaula y
rogarle que me dejara acabar en su abdomen. Pero yo era el esclavo, y él era mi
maestro. Si él quería acurrucarse conmigo en la cama y acariciarme hasta
quedarme dormido lo haría. Mi única necesidad era su felicidad.